Opinión

 
 

El Valor del Partner

El éxito de un proyecto Business Intelligence no solo depende de la tecnología empleada, aunque ésta sea la mejor...

La Tecnología

Hace ya 20 años se creó en Suecia un producto llamado Qlikview, que redefinía el concepto que hasta entonces se tenía del Business Intelligence.

En aquel momento las principales marcas utilizaban un análisis muy limitado y predefinido de antemano. La generación del modelo multidimensional consistía en procesos interminables de pre-cálculo y almacenamiento físico de cada una de las posibles combinaciones a analizar. Los tiempos de respuesta eran buenos y las principales empresas valoraban positivamente tener sistemas de inteligencia, aunque consistiesen básicamente en un simple reporting. Los principales problemas los encontrábamos cada vez que la empresa sufría un cambio en el negocio, en la estrategia o se les ocurría una nueva métrica que no tenía la misma dimensionalidad o cardinalidad que las anteriores. Estos cambios representaban deshacer el trabajo y repetir las múltiples etapas: definición de estructuras (DWH / cubos) + procesos ETL + capa semántica + Front-End.

La propuesta de Qlikview se acercaba mucho más al usuario y permitía bucear por la información, sin estar sujetos a las disciplinas de unas dimensiones y jerarquías predefinidas. Su motor asociativo en memoria permitía el análisis por cualquier dato que estuviese asociado y no requería de pre-cálculos. En cuanto a los tiempos de carga, éstos se reducían a segundos o minutos en el peor de los casos, al cargar solo el nivel transaccional.

Los primeros años de Qlikview fueron de crecimiento, sobre todo por la pequeña y mediana empresa. El acceso a grandes cuentas estaba limitado porque las arquitecturas entonces no estaban preparadas para escalar más de 3 o 4 GB de RAM, lo que convirtió a Qlikview en un producto departamental. Las otras grandes marcas, orientadas a gran empresa, entendían que Qlikview no era su competencia. La evolución de éstas consistió en la incorporación de funcionalidades sin pensar en redefinir sus estándares.

Con la popularización de los sistemas de gestión empresarial, principalmente ERP y CRM, las empresas manejaban cada vez más y más datos, lo que motivó una apuesta clara por el Hardware. Sobre el año 2005 aparecieron sistemas operativos que permitían redireccionar más de 4GB por proceso en arquitecturas de 64 bits, este hecho reposicionó a Qlikview como tecnología válida para cualquier tamaño de empresa.

A este aumento de capacidad, hay que sumarle una nueva entrada de capital americano en la sociedad, con una clara apuesta por hacerse valer en la gran cuenta. Muy agresivos en marketing, pero sin descuidar la mejora sostenida del producto, Qlikview mantiene desde entonces crecimientos anuales en torno al 30% y cada vez come más terreno a la competencia. Este reconocimiento también fue costoso de aceptar por especialistas como Garthner, que finalmente ha terminado asumiendo que este modelo se ha impuesto a los demás.

El cambio generacional en la dirección de las compañías también ha catalizado el increíble crecimiento de Qlikview. La gestión basada en objetivos y criterios cualitativos ha demandado una tecnología ágil y dinámica, que se adaptase rápidamente a las nuevas estrategias en una economía globalizada y convulsa, y la ha coronado como la tecnología más visionaria y líder a seguir.
Los productos emergentes, todavía pequeños aspirantes, no tienen aún las mismas características ni capacidad de despliegue, pero han asumido el análisis en memoria y el concepto Business Discovery. Incluso los grandes ya empiezan a incluir, aunque de forma no nativa, algunas de las características de Qlikview.

 

El profesional

Qlikview ha basado su crecimiento mundial en su red de partners certificados. Muchos de ellos son empresas con experiencia y tradición en BI, que en su día lo eligieron como el producto más adecuado para ofrecer a sus clientes. Otros, por el contrario, se han subido al carro de un producto innovador de fácil implantación. De estos últimos podemos distinguir los profesionales que, sin tener experiencia previa en Business Intelligence, han adquirido el conocimiento técnico, y realizando trabajos de calidad y los que, a través de su mala praxis, han hecho daño a la imagen de la marca. Afortunadamente las políticas restrictivas de Qlikview y el propio mercado han provocado una depuración de muchos de estos “profesionales”.

Al hilo de esto, recientemente se ha creado la Asociación Española de Integradores de Qlikview – AEIQ, los Partners que la integran tienen un compromiso con la calidad y la visión de un ecosistema sostenible, basado en buenas prácticas.
El Partner no es consecuencia de una generación espontánea, sino de un proceso evolutivo. Buscando las soluciones que mejor se adapten a las necesidades y resolviendo innumerables problemáticas en multitud de empresas, es capaz de lograr que una herramienta generalista pueda adaptarse a diferentes casuísticas mejor que productos de nicho. Este proceso le ha dotado con dos capacidades fundamentales: Expertise tecnológico y profundo conocimiento de múltiples negocios.
Por otra parte, la vocación del partner no es la de protagonista, sino la de asumir como propios los objetivos de los clientes y ayudar a éstos a que su sistema BI cumpla con las expectativas. En este sentido, puede considerarse el aliado perfecto del usuario de negocio, enriqueciéndole con propuestas de analíticas más avanzadas, a veces incluso heredadas de experiencias en otros sectores. Pero también de IT, dejándole un sistema bien definido y traspasándole de forma intensiva buenas prácticas y grandes dosis de experiencia acumulada.

 

El trabajo

La implantación de un sistema de inteligencia en la empresa debe aportar las variables para medir el negocio y responder a su estrategia actual y proyectiva. También proporcionar la información fiable y necesaria para la toma de decisiones de cada usuario, sin redundancias ni ambigüedades. El desarrollo del sistema debe tener también en cuenta, en la medida de lo posible, las futuras ampliaciones, conexiones con otros módulos y ser parametrizable y flexible a los cambios que puedan producirse.

El éxito de esta iniciativa depende de varios factores, desde la elección de la herramienta, equipo del proyecto, metodología, participación de los key users, planificación y control, adecuada gestión del cambio, etc. Con todo, es muy posible que la cosa termine fracasando si no se siguen buenas prácticas. Desgraciadamente son pocas empresas las que trabajan con este nivel de exigencia y calidad, aun cuando deciden acometer un proyecto estratégico tan importante.
La situación de partida suele ser una compañía parcial o completamente automatizada, con sistemas de gestión ERP/CRM/BPM/.., que optimizan los procesos de negocio, pero que no responden a las necesidades de información de los usuarios gestores. Éstos, al no disponer de información cualificada, suelen pasar más tiempo trabajando con complejas macros de Excel y generando datos, que analizando su negocio para tomar las mejores decisiones.

Las facilidades que aporta Qlikview llevan muchas veces a las empresas a desatender aspectos fundamentales, como el seguimiento de un plan de proyecto, metodología o estudio de entidades. Business Discovery debe entenderse como una evolución del Business Intelligence, que proporciona respuestas de negocio a todos los usuarios de la organización, adaptándose ágil y rápidamente a sus nuevas estrategias y necesidades. Que los usuarios puedan realizar sus propios análisis no significa realizar tantos proyectos como ideas, los nuevos desarrollos deberían integrarse de forma consistente con la plataforma BI corporativa. La no organización conduce a múltiples problemas, desde cómo se mantendrá en el futuro hasta la generación de información y funcionalidad solapada, que deriva en otro problema ya superado: Usuarios dedicando más tiempo a discutir sobre la calidad del dato que a analizar el negocio. Lo mismo que antes de tener BI, pero ahora con una interface más bonita e intuitiva.

Otras veces estas facilidades animan a profesionales, sin experiencia en proyectos BI, a iniciar un piloto, que cuando tiene éxito se ve forzado a incorporar más y más entidades. La falta de cimientos hace que pronto la torre se venga abajo y se produzca parálisis y frustración. Lo que queda en estos casos es la idea de que esta tecnología no ha funcionado en su organización.

Por tanto, podemos concluir que una buena tecnología, incluso la mejor, no es suficiente sin trabajo experto y profesional para garantizar la calidad y éxito del proyecto.

 

Juan Morales Martín
Business Intelligence